CASO PRÁCTICO: PROYECTO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

EL PROYECTO

En colaboración con la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS), se llevó a cabo un proyecto para la reformulación del protocolo, aprobado en 2009, para la correcta detección y tratamiento de mujeres y niños víctimas de la violencia de género.

El estudio tiene el objetivo de evaluar los costes y beneficios sociales de la implementación del nuevo Modelo de Atención a la salud de las mujeres en situación de violencia machista y de sus hijos e hijas.

LA RELEVANCIA

De acuerdo con la encuesta de violencia machista en Cataluña de 2016, nos encontramos ante un fenómeno que viola los derechos humanos, con una incidencia y prevalencia muy elevadas.

La violencia machista tiene una incidencia en mujeres mayores de 16 años en Cataluña del 17,6%. Por tanto, 570.500 mujeres sufrieron un episodio de violencia machista en 2016, de las que 74.547 experimentaron un caso de violencia severa. Un 64,4% de las mujeres mayores de 15 años han experimentado algún tipo de violencia machista en su vida.

La importancia de los análisis de costes de la violencia machista radica en su capacidad de ofrecer una visión más amplia de magnitud de sus consecuencias, así como de su carácter transversal. Permitiéndonos comparar su impacto con el de otros fenómenos. Organizar los recursos necesarios para hacer frente a la problemática, así como adquirir conciencia del papel fundamental que la prevención juega.

En este proyecto, lanzado en 2021, se trabajó con datos prepandémicos, los cuales nos muestran un escenario que, actualmente, la pandemia de la Covid puede haber modificado.

LAS SOLUCIONES

Entendiendo violencia machista en términos del Servicio de Estudios del Parlamento Europeo (2019) como aquella violencia que se ejerce hacia las mujeres resultando de la situación de desigualdad en el sistema de relaciones de poder, y que producida por medios físicos, económicos o psicológicos, tenga como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico.

Para analizar la totalidad de los costes de la violencia machista se contemplaron los costes generados en los siguientes ámbitos:

– Laboral: La violencia machista comporta la disminución en la productividad generando costes económicos por estos agentes y también por el sector público-privado. Que contemplan la menor participación femenina en el mundo laboral, las ausencias, retrasos y distracciones causadas por sufrir violencia machista, por la mayor probabilidad de sufrir accidentes laborales, por la pérdida de trabajo y la necesidad de rotación del personal, por la necesidad de otorgar a las víctimas más prestaciones sociales y paro, etc.

– Sanitario: La violencia machista comporta costes destinados a diagnosticar, acompañar y tratar casos resultantes de esa violencia. Es un factor esencial en el empeoramiento de la salud de las víctimas, que incluye los traumatismos físicos, consistentes en los daños sobre la salud física, sexual y reproductiva y los psicológicos, que son lesiones menos visibles, pero que conducen a una serie de problemas de salud mental graves.

– Legal: Incluye los costes resultantes de la vertiente judicial y civil, que incluyen desde la acción policial y judicial a los procesos civiles de separación y disputa de custodia.

– Intangible: Aunque este gasto no se materializa en una transferencia monetaria directa, hay que tener también en cuenta el coste que comporta el sufrimiento de las víctimas de violencia machista y de su entorno, incluyendo la pérdida de vidas y de calidad de vida de estas personas.

Para calcular el impacto de costes de la violencia machista se utilizaron las aproximaciones en términos del PIB y una aproximación top-down. De acuerdo con la aproximación del PIB se estima que el coste de la violencia machista en Cataluña en 2019 fue de 2.321.781.205 €, el equivalente al 0,93% del PIB catalán.

EL IMPACTO

Es importante abordar una problemática transversal a través de distintas aproximaciones. Un estudio de costes representa una forma de conocer las implicaciones de la violencia machista en su dimensión económica e interpelar a aquellos agentes que pueden sentirse ajenos a la problemática. Sin embargo, el objetivo final de todas las aproximaciones es la de introducir medidas y generar cambios capaces de reducir hasta la mínima expresión esta lacra social, que priva de derechos fundamentales a las víctimas, hasta el extremo donde éstas pueden morir.

Este proyecto nos evidencia que la violencia machista es una cuestión que debe mantenerse en la agenda política durante los próximos años si queremos garantizar la viabilidad de un protocolo efectivo, capaz de identificar y ofrecer tratamiento a las víctimas de la violencia de género.
Pone de manifiesto la necesidad de aplicar medidas de sensibilización y concienciación, en tanto que el coste de la prevención y la intervención es sustancialmente menor cuando se identifica la violencia de género precozmente que cuando ya está arraigada.

Es una problemática que entraña efectos más allá del bienestar físico, social y psicológico de las víctimas, es una problemática transversal que nos interpela e influye como sociedad.

Por último, este tipo de estudios evidencia que el coste de la prevención y la intervención es sustancialmente menor cuando se identifica la violencia de género precozmente que cuando se realiza en fases o contextos en los que el problema está más arraigado.